domingo, 12 de septiembre de 2010

168. PANITO

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Si para vencer la pereza a escribir e investigar, en el post anterior me inventaba el método del TIRAR DEL HILO, en este que le sigue creo que el juego podría llamarse ATAR CABOS. Como últimamente viajo muy disperso y sin mayor atención voy dejando por ahí muchos cabos sueltos hasta que llega la ocasión en que por arte de birlibirloque parece que esos cabos se atan unos con otros sin apenas darme cuenta y el resultado, una vez más, pudiera ser un algo un poco más construido, no sé, un pequeño tapiz.

Todo comienza una vez más con un concierto del ciclo de Música Antigua. Tres Suites para Cello interpretadas por CRISTOPHE COIN, un virtuoso de la viola de gamba de grandísimo nivel internacional.



Salió al escenario, cerró los ojos y tocó las tres Suites de memoria. O sea, como para dejar al público sin respiración.

Con todo y con ello, lo mejor de los conciertos de Música Antigua de este setiembre ha sido el volver a estar con dos de mis mejores amigos de esta ciudad que me han regalado sus sabios comentarios musicales y alguna que otra cosa más.

Al día siguiente del concierto, por ejemplo, uno de estos amigos me envió un youtube con una grabación del año 1985 en el que uno de los protagonistas era el propio CRISTOPHE COIN (con veinticinco años menos), mientras que el otro era un niño cantor de un coro alemán apodado PANITO. La pieza, el aria ES IST VOLLBRACHT de la Pasión según San Juan de Bach, así interpretada, es también de las que te dejan sin respiración, o mejor, te ponen la carne de gallina:



Y aquí es donde empieza el ATADO DE CABOS, porque resulta que el famosísimo coro en el que se formó el muchacho se fundó en BAD TöLZ, pequeña ciudad de la Alta Baviera en la que habíamos estado hacía tan sólo un mes en una tarde lluviosa,



y que la sede oficial del coro era el Kloster o Abadía de Benediktbauern, pueblo a mitad de camino entre Bad Tölz y Kochel am See que también visitamos en esa misma tarde porque había anunciado un concierto al aire libre en el que una orquesta y coro iban a interpretar CARMINA BURANA de Carl Off.



He preferido poner esta foto de Panoramio para hacernos con una idea mejor del lugar porque las mías son bastante grises de luz pues no paraba de llover. De la visita al interior de la Iglesia de la Abadía tengo estas otras dos imágenes:




Luego entramos en el gran patio donde se iba a dar el concierto y vimos calentando y probando sonido a una orquesta metida con calzador dentro de una carpa de plástico. Además de llover, la temperatura era de 12ºC, así que preguntamos si en esas condiciones se iba a dar el concierto o se iba a trasladar a otro lugar, y para nuestra sorpresa nos aseguraron que por supuesto, que el agua y el frío no eran problema.



O estos alemanes están locos, pensamos, o es que allí la música está por encima de todo.

Días después y en el tradicional paseo veraniego vespertino, visitamos también la cercana ciudad de MITTENWALD,



llevándonos otra gran sorpresa musical: la de que ese lugar, enclavado en el paso entre el Tirol y Baviera y debajo de una enorme pared de roca, era el santuario de los instrumentos de cuerda de Alemania desde que a mitad del siglo XVII el carpintero MATHIAS KOLZ crease un importante taller de construcción de violines, violas y cellos que acabó por rivalizar con los italianos. En la actualidad Mittenwald posee una célebre escuela de luthiers, y cómo no, un monumento a Mathias Kolz debajo de la torre de la iglesia.



Como es bueno dar un nombre a cada tapiz aunque sólo sea para recordarlo, me quedo con el de Panito por lo emocionante de aquella interpretación del Es ist vollbracht (convertida así en himno del día... y de muchos otros días) y lo cierro preguntándome qué habrá sido de aquel chiquillo.

Y como Google lo sabe y lo da todo, me cuenta que cambió mucho la voz hasta convertirse en bajo baritono, y que se dejó crecer el pelo (fotos primera y última).