martes, 20 de diciembre de 2011

279. OCEAN COLOUR SCENE

.


Sigo a la caza de nueva música en la onda indie pues no me canso de escuchar a THE SHINS y cada vez me gustan más BELLE AND SEBASTIAN. Gracias al mecanismo "siguiente blog" que contaba el otro día, y a los blogs que esos blogs tienen enlazados como amiguetes, di con una recomendación del grupo OCEAN COLOUR SCENE, y me descargué algunas cosillas que al principio me sonaron demasiado familiares.

En la onda del rock progresivo me pasó algo parecido con PORCUPINE TREE: cuando les oí por primera vez me sonaban a plagio de Pink Floyd, pero a base de oír sus discos conseguí olvidar pronto a los maestros y reconocer enseguida la personalidad propia de Steve Wilson y compañía.

Oyendo a OCS regresas a los Beatles, a los Kinks, a Elton John y hasta los Rolling Stones, y aunque al principio te pueden parecer  faltos de ideas y de personalidad, pronto te das cuenta que ellos tienen todo el derecho del mundo a usar sus materiales sonoros, y tú, todo el derecho del mundo a disfrutar de buena música.

OCS son muy versátiles. Tienen muchas canciones y  según les voy oyendo parece que se van a quedar en mi iPod, lo que no fue el caso de THE SMITHS en su momento (es decir, cuando vi la película en que descubrí a Belle and Sebastian), o de FRANZ FERDINAND recientemente, pues ambos suenan demasiado underground, cañeros o hasta gamberros, es decir, bien para un concierto nocturno pero bastante rallantes en los ariculares.

No creáis que quedarse en mi iPod es fácil:  también he probado esta semana con los catalanes SIDONIE que prometían bastante y de los que decían maravillas, pero esa forma de cantar y ese español tan de peli de aquí..., ay, como que no. En prueba tengo también a BLUR, a OASIS y a SUEDE, que dícense más de "britpop" que de indie, pero de momento no tengo un claro veredicto. Yo no entiendo nada de música de los noventa, pero en estos tiempos de turbulencias, la suavidad de los indies te endulza la oreja y te reblandece las tensiones. Y eso se agradece mucho.
.
.