sábado, 29 de diciembre de 2012

507. BROKEN BROTHERS BRASS BAND - THE LIFE WE DESERVE



Decía posts atrás que el 2012 ha sido para el sPyP el año Radiohead, o el año Dylan, o el año..., pero no, permitidme corregir ese error antes de que acaben sus días: 2012 ha sido el año BROKEN BROTHERS BRASS BAND porque poco antes de que se terminara han grabado su primer CD: THE LIFE WE DESERVE. Y eso es lo que se merecen los lectores del sPyP, música de la BBBB.

Cuando empecé a oir música en serio me dijeron que la mejor fórmula era las tres BBB: Bach, Beethoven y Brahms. Visto lo oído, esa fórmula se ha quedado anticuada porque quien no haya escuchado las cuatro BBBB no sabrá nunca lo que es la música.

Bueno, bromas aparte, la noticia es que los últimos herederos del gran Renato Valeruz y los primeros monstruos que está dando la escuela de Jazz de Pamplona han conseguido hacer un CD y ponerlo a la venta en lugares muy selectos, o seguramente en internet (mirad en myspace o en www.labroken.com si ya han acabado de construirla). Los chicos de la Broken ya han sido noticia en ente blog alguna que otra vez (sPyP 334) pero como yo soy incapaz de decir nada mejor que lo que ha escrito sobre ellos en la solapa del CD su ex miembro ALBERTO ANAUT transcribo palabra por palabra lo que dice en el CD como presentación:

"Ya no hace falta haber nacido en Jamaica para tocar reggae ni ser de Detroit para convertirse en una estrella de soul: los japoneses tocan flamenco, los alemanes ska y los vascos música de New Orleans.

Conocí la Broken Brothers Brass Band -y me hicieron sentir uno de ellos- entre 2007 y 2009. No había escuchado música de Brass Band pero sabía que la guitarra no formaba parte de la formación estándar (generalmente capitaneada por un helicón y completada por trombones, saxos, trompetas, percusión y coros).

Sabía que una brass band es el alma de la fiesta. Que bebiendo del gospel como hicieron el soul, el blues o el rock, persigue otro objetivo. Su función es animar a la gente, despedir a sus muertos y convertir lo que fueron instrumentos militares en armas de celebración. Sumando la amistad que aún hoy comparto con los músicos de esta banda, me parecieron razones más que suficientes para unirme a su causa. Y qué demonios, amo a The Meters.

Aprendí con ellos que la música no es sólo un conjunto de armonía, melodía y ritmo. Que hacen falta pelotas, corazón y alma, y que se pueden vivir encerrados en el cuerpo de un octogenario, una mujer percusionista o de un niño que empieza a sacar sonido a su trompeta.

Tuve la oportunidad de tocar en festivales de jazz de renombre y en las peores calles de París y siempre obtuvimos la misma recompensa: una gran sonrisa, baile y un vaso de cerveza. Es algo humano: escuchar a una banda de vientos con esa energía y no sentir una curiosidad no es una opción.

(el sPyP 334 desmiente esta última gran y voluntariosa  frase, pero sigamos...)

Tras unos años sin tocar con ellos escucho complacido que siguen mejorando. Que no dejan de respetar la tradición como demuestran en Glory, glory/Jesus on the mainline (espirituales tradicionales americanos que aquí se convierten en un fiestón de improvisación colectiva) y que, para mi alegría, no han dejado de lado su afición al groove. Prueba de ello es el epílogo Outro (the life we deserve), en parte tributo a Headhunters, en parte a las brass modernas que admiran.

Que los talentosos Ion Celestino (trompeta y liderazgo espiritual) y Alberto Arteta (saxo tenor) siguen formando un dúo con "savoir faire". Basta escuchar la composición de Arteta Mr Mistaker que inaugura el disco -con permiso de la introducción- para deleitarse con dos solistas de altísimo nivel. No sólo es técnica, es también conocimiento del lenguaje y esa mezcla de tradición y atrevimiento que me fascina.

"La Broken" no sería tal sin Alfonso Areta y su capacidad para llenar un helicón de aire a presión durante horas mientras camina. No sé donde guarda esos pulmones. Se admiten apuestas. 

Parece ser que no sólo han añadido a Iñaki Rodríguez en el saxo barítono (fichaje importante) sino que Juanga Lakunza se suma al genio y figura de Txarli Otxoa (trombones).

Mención especial merecen los percusionistas Jon Uribeetxeberria (bombo) y Gorka Gaztambide (caja). Dos magníficos baterías de jazz reconvertidos en una sola máquina de ritmo. 

Como si de un himno se tratase, el Broken Brothers Blues (lo firma Juanga Lakunza) nos recuerda que es ahí donde todo empezó. Los instrumentos conversan elegantemente en la melodía y los solos de saxo barítono y trombón honran la tradición del blues.

Con una armonía algo más sofisticada pero compartiendo esas raíces se encuentra la composición de Ion Celestino Broken on a wedding. Cómo me gusta la introducción.

Su particular homenaje a la Rebirth Brass Band se hace patente en los temas Watchawanna y Broken Heldu da. Cantar música de Nueva Orleans en euskera, hallelujah.

Otro homenajeado es Mingus, de ahí la estética disonante y desarrapada de Moanin'. Suena como si los miembros rebeldes de una big band hubiesen escapado del auditorio y se paseasen tocando por las calles en señal de protesta.

Aquí tenemos a un grupo de vascos tocando con pelotas, corazón y alma buen blues, gospel, jazz y todo lo que nos fue negado a los blancos durante tanto tiempo.

Puedo asegurar que su directo es una fiesta emocionante. De este disco diré que es lo más cerca que se puede estar de grabar ese momento. 

Que lo disfruten y lo bailen. 

Y mejor fiesta que la de fin de año para disfrutar y bailar, añado, ninguna. Así pues, mientras encontramos la oportunidad para pagarles las cervezas que hagan falta a los miembros de la BBBB, los privilegiados lectores sPyPdB ya saben donde lo tienen.