jueves, 9 de mayo de 2013

594. BAD TIMING ** (1980) NICOLAS ROEG



Gran director. Buen cine. No conocíamos a NICOLAS ROEG y no hemos podido empezar mejor con él, aunque a BAD TIMING no le voy a dar más que dos** estrellas sPyPcin porque le sobran de 20 a 30 minutos. Noventa mucho mejor que ciento veinte.

Eso sí, tiene DIOSA SPYPCIN porque THERESA RUSELL está guapísima e interesantísima de principio a fin, sobre todo en los primeros planos y en sus muchas variantes de look.




Dicen los entendidos que Nicolas Roeg es precursor del cine de David Lynch o de Tarantino y se me amarga la buena impresión, ahhh. O mejor, se me aclara el comentario de BAD TIMING porque a mí lo que menos me interesa de la película es el montaje abusivo de flash-backs, feed-backs (o lo que sea) o la investigación policíaca con un joven Harvey Keitel que promete mucho al principio pero que luego se atasca. En las películas de amor lo que me interesa es el amor y sus efectos devastadores, es decir, el desconcierto que crea en los enamorados al mostrarlos incapaces completamente de poner la comunicación con palabras al nivel del deseo mutuo. Con dos circunstancias muy interesantes. la de que él es profesor de psicología y que ella es muy guapa.

Curiosamente es ella la que trata de seducir a él, con ese fotograma que tiene cierto parecido con el de EL GRADUADO.


Pero cuando él se enamora, y se enamora de verdad (proceso que la película no cuenta pero que a nadie extraña dada la belleza de Milena), lo hace de esa forma tan patética que nos sucede a la mayoría de los hombres es decir, llegando al estado de lo que se podría llamar la "imperiosa necesidad de follar" y "la imperiosa necesidad de poseer", dos efectos que según parece son ajenos a la naturaleza de la mujer. Ella se enamora de lo sexy que le resulta él (un artista más entre los artistas) y especialmente, pensamos todos por asociación, si le hubiéramos oído cantar, ja ja ja, algo que en la película no hace, porque aquí Art Garfunkel va solo de actor.


Tanto el espectador masculino como el propio Alex (Art Garfunkel), a la vista de la belleza de Milena pueden llegar a dudar del amor de Milena (como si una mujer así sólo pudiera enamorarse de sí misma), pero el trágico final en que desemboca la historia y que centra toda la película, el intento de suicidio de ella, es la prueba más concluyente de la veracidad de su amor y de sus devastadoras consecuencias.

Por medio quedan toda una larga ristra de escenas de incomunicación y de un sexo más desazonante que hermoso (a destacar la impresionante escena de la escalera) que machacan más de la cuenta quizás la paciencia del espectador.


¿Se puede tener todo a favor y salir todo mal? Si. Así es. Y por ello el amor es el tema más grande que el cine puede abordar. El tema que más me gusta.

A ver qué tal se portó Nicolas Roeg en esas otras películas tan rompedoras que dicen que hizo con los Rollings o con David Bowie. Intrigado me deja. Aunque una de las cosas por las que me apetece seguir su carrera es porque en cinco de sus películas vuelve a aparecer Theresa Russell.

Aquí el figura: