miércoles, 30 de septiembre de 2015

793. UN MUNDO DE "MEGUSTAS"




Todos los años al empezar las clases del primer curso de la carrera de diseño les doy a mis alumnos una pequeña lección acerca de la diferencia entre decir "me gusta" y analizar, argumentar, relacionar o razonar sobre cualquier cosa que hagan o que se les ofrezca a su observación. Como ya llevo muchos años en esto, puedo decir con orgullo que algunos de mis primeros alumnos me han llegado a decir muchos años después que fue una de las lecciones que más se les quedó grabada en la memoria.

No creo que sea para contar aquí que la educación comienza justamente cuando empezamos a dejar de decir "me gusta", o lo que es lo mismo, cuando renunciamos a proyectar nuestro ego sobre lo que percibimos y nos abrimos a la escucha atenta, a la sorpresa de lo nuevo, a la observación, la comparación y la valoración con otras referencias.

Por otra parte, un " me gusta" previo a cualquier comentario es una trampa que nos tendemos a nosotros mismos, pues a partir de esa adhesión inicial de aprobación, toda argumentación va a tender de un modo natural a justificarla. A justificarnos.

El problema es que desde hace diez años, mi pequeña lección de inicio de curso ha de hacer frente nada más y nada menos que a la herramienta más gigante y poderosa de la comunicación de los últimos tiempos, facebook, que invita (educa) a cualquier usuario que vea algo, a tres cosas: primero, a decir "me gusta" o callarse (porque no hay "no me gusta"), luego, acaso, a comentar algo, y en tercer lugar, a compartir lo que ha visto y... le ha gustado.

Obligado por el deber de escucha y experimentación, que no por mi gustos, yo también me abrí una cuenta en facebook, y hasta lo hice con esa forma semi-anónima de ponerse un nick, el de Juan Spypblog. Gracias a darme alta en esa red social, puede que de vez en cuando haya obtenido alguna información curiosa o alguna noticia importante de un familiar o amigo, pero al altísimo coste de entrar en una dinámica que es contraria a los principios educativos en los que creo y en los que trato de educar a mis alumnos.

Pero una cosa es educar y otra luchar contra facebook. Por eso lo mejor es que me jubile ya.