sábado, 18 de noviembre de 2017

898. HUMBOLDT Y DOÑA ELVIRA



Al final del SPYP 891 me declaraba incompetente para leer el ENSAYO POLITICO SOBRE EL REINO DE LA NUEVA ESPAÑA y les dejaba con la duda de si alguna vez íbamos a poder saber la verdad sobre lo que Humboldt vio y dijo de la labor de España en las Américas.

Pero como la vida en estos tiempos va más rápida que los cohetes SPYPNIC de fabricación rusa, en el SPYP 895 (¡tan sólo cuatro postas después!) ya tenía el billete para la solución: seguro que en el tocho que había escrito doña Elvira Roca habría algo sobre mis cuitas. Así que corrí a por el libro y... ¡bingo! ahí estaba.

Previamente, para que vean qué conectadas están las cosas (¡ay si el Murakami del Hotel Delfín se enterase...!), antes de conocer la existencia de doña Elvira, había posteado yo sobre el siniestro Calvino (v SPYP 892) por lo que al paso por la página 190 de Imperiofobia me dio un vuelco el corazón cuando vi que la malagueña recomendaba vivamente la lectura del libro de Zweig.

Pero vamos con Humboldt que ya aparece en la pag 298 admirando la buena disposición y trazado del camino real México-Veracruz y del México-Acapulco, aunque hay que esperar a la pag 326 para que la profesora Roca entre en harina y en tan solo diez páginas (hasta la 336) hornee el pan.

Solo por esas diez brillantes y vibrantes páginas (de la 326 a la 336) esta señora merece un puesto en la Real Academia de la Historia (si todavía existe eso en este alicaído Reino) o mejor, la confirmación en la heroicidad SPYP. Cuánto me alegra haber leído entero el libro de la pedorra (SPYP 891) y tenerlo aún fresco en la memoria para disponer de todos los datos con los que la Señora Roca enjuicia al sabio prusiano y... ¡lo fulmina con tres preguntitas de nada (pag 329)!

Impresionante señores.

No les digo nada sobre el  abundante material que contiene el libro para conocer los antecedentes históricos y entender los mecanismos psicológicos o sociológicos del aparato de educación y propaganda montado por los catalanes en los últimos años, y del que hemos podido disfrutar abundantemente estas últimas semanas. Para no distraerles más les dejo esta perla de la página 267:

"El proceso es siempre el mismo: una pequeña parte de verdad sirve para levantar una gran mentira que justifica un prejuicio de etiología racista que hasta ahora se niega a reconocer que lo es".

No vayáis a pensar que por escribir estas cosas me haya leído ya el libro entero. Imperiofobia y Leyenda Negra no es un libro sino una Enciclopedia, así que lo tendré a mano durante meses y meses. Por cierto, una Enciclopedia sobre uno de los saberes más extraños y difíciles de alcanzar: el de cómo desmontar lo que nos han enseñado. Dos millones y pico de catalanes lo deberían leer obligatoriamente para salir de la cárcel de ignorancia en que se han metido. Y a algunos millones de españoles, estén o no en la cárcel, tampoco les vendría nada mal.